Con el permiso de © K. Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad
Kurt Eggenstein
La contaminación de ríos, lagos y mares
La industria moderna, no sólo contamina el aire que respiramos, sino
también los ríos, lagos y mares. En el área del Rhin peligra el abastecimiento de agua potable para veinte millones de personas. Una avalancha de
materias fecales, sales y aceite e incontables venenos químicos, ensucian los
ríos. Pero millones de personas tienen que beber el agua del Rhin, justamente denominado «la cloaca del Europa». Diariamente el Rhin transporta
90.000 toneladas de contaminantes; anualmente se contabilizan entre los tóxicos
más peligrosos: 1.000 toneladas de arsénico, 200 toneladas de cadmio,
1.500 toneladas de plomo y 29.000 toneladas de cobre. A éstos hay que añadir los concentrados de nitratos y fosfatos.
Las plantas de clarificación, tanto biológicas como mecánicas, no
bastan para eliminar los compuestos de cloro, nitrógeno y sulfuro. Por ejemplo las hormonas contenidas en la píldora
anti-baby no se absorben. Nadie
sabe lo que tendrá de consecuencias para la próxima generación.
Un protocolo de científicos hecho en el año 1980, demostró que el Rhin
daba unos resultados algo mejores. Pero esto se debe únicamente al más
alto nivel del agua durante el año 1980. Los peces examinados demostraron
igual que antes, tumores, inflamaciones, hígados dañados, etc. En el bajo
Rhin se comprobó un aumento del veintiséis por ciento del cadmio altamente tóxico, que provoca leucemia y osteomielitis.
En las orillas se acumulan grandes masas de lodo contaminado que
impiden el reflujo del agua a las capas de los bordes del río y, por consecuencia, disminuye la potencia de los pozos. El profesor Heinrich Sontheimer,
Karlsruhe, explica: «El agua del Rhin no podrá ser utilizada como fuente
de agua potable (para dieciocho millones de personas, el autor) en un futuro
próximo. Las centrales abastecedoras temen perder la carrera contra la
contaminación. »
Los otros ríos, tanto en el Oeste como el Este, no presentan una
situación mejor. También en la República Democrática, el noventa por ciento
de los ríos son altamente contaminados. También aumenta la contaminación del Volga, del lago Baikal y del mar Caspio.
Últimamente se leen noticias alarmantes de las diversas partes del
mundo, que hablan de la «muerte» de los lagos por acidez. Miles de lagos en
Canadá, Finlandia, Noruega, Suecia, el Japón y los Estados Unidos, han
sido contaminados por la lluvia ácida, y ahora ya no crecen plantas ni viven
peces en estos lagos.
En cambio, en todo el mundo aumenta el consumo de agua. Al principio del siglo xix, el consumo en el
área que hoy es la República Federal
de Alemania, era de treinta litros por cabeza y día, hoy es de ciento veintiséis litros, y en los Estados Unidos, el consumo es de cuatrocientos cincuenta litros por habitante y día.
Pero no solamente en Europa y USA existe el problema sin solución
posible, también en los países subdesarrollados tienen este problema por
el rápido aumento de su población. Y esto que los hombres de los países
en vías de desarrollo, se conforman con un consumo de cuatro litros y medio de agua por día. Actualmente, de las 420.000 poblaciones indias,
solamente el diez por ciento recibe suministro de agua.
En menos de cinco años emigraron setenta y tres millones de hombres
del campo a las grandes ciudades, aumentando así los habitantes de los
«slums». La explosión de habitantes en los países subdesarrollados llevará a condiciones catastróficas
en un próximo futuro. Según la Organización
Mundial de la Salud {OMS), en el Tercer Mundo ni la mitad de la población tiene acceso al agua potable no contaminada. En mayo de 1981 el
secretario general de la ONU declaró en el pleno 35, que anualmente morirán
quince millones de niños a causa de las enfermedades provocadas por aguas
contaminadas.
Los hidrobiólogos y las comunidades están altamente preocupadas por
el progresivo aumento de nitratos en el agua subterránea en todo el mundo.
Los abonos artificiales contienen nitratos. Desde la Segunda Guerra Mundial aumentó continuamente el uso de fertilizantes nitrogenados. En USA,
en los últimos veinticinco años el aumento fue de un catorce por ciento.
Durante estas décadas, los nitratos han alcanzado las aguas subterráneas
en muchos sitios. Los nitratos, en sí poco peligrosos, se convierten fácilmente en nitritos tóxicos, lo que puede ocurrir en el intestino. Las
consecuencias son dificultades respiratorias y en casos graves la muerte. En todo
el mundo aumenta el número de fuentes con un nivel más alto que el límite
aconsejado. En la ciudad de Illinois (USA), la cuarta parte de los pozos
da estos valores, condiciones parecidas se dan en Essex (Inglaterra). También en la República Federal se han encontrado grandes cantidades de
nitratos o salitre en las aguas del área Freiburg-Offenburg, cerca de Mannheim,
en numerosas comunidades vinícolas, especialmente en el valle del Mosela,
cuenca de Maguncia, sierra del norte de Alemania, y la isla de Reichenau,
en el lago de Constanza.
El gerente de la Asociación Alemana de la Rama de Agua y Gas,
Wolfgang Merkel, declara, refiriéndose al futuro desarrollo de la República
Federal: «la contaminación de las aguas subterráneas aumenta de un modo dramático».
El profesor U. Häselbath, del Instituto Federal de la Salud,
confirma el peligro de contaminación de las aguas subterráneas por los más
variados agentes. Sobre todo, los recién nacidos corren peligro de muerte
por el consumo de aguas contaminadas. En algunas localidades del Mosela
se suministra oficialmente agua mineral a la población. En 1980 unos doce
mil niños de corta edad recibieron agua mineral para su consumo en la República
Democrática de Alemania.
También existe el peligro de la formación de nitrosaminas cancerígenos.*
Estas nitrosaminas se originan a partir de los abonos artificiales y de aminos secundarios. Los científicos
están convencidos que nuestra agricultura
es «un gran contaminante del medio ambiente».
Tomando como base el valor límite dado por la CEE (50 mg/1 nitrato),
hoy en día en la República Federal, el ocho al diez por ciento del agua
potable es saturada de nitratos (valor límite en USA, 10 mg/litros). El consumo de nitratos aumentó de treinta y tres kilos por
hectáreas en el año 1955,
a ciento trece kilos en 1980, en la República Federal, mientras las cosechas
se mantenían en un mismo nivel.
En agosto de 1981, el secretario de Estado del Ministerio para la
Investigación del Espacio, Dr. Sperling, declaró que el abono artificial, así como
el cadmio altamente tóxico, junto con los pesticidas y herboricidas, están
envenenando nuestras provisiones de aguas subterráneas y llegará el momento que se habrá de prohibir su consumo.
Estos hechos demuestran claramente que la humanidad se encuentra en
un círculo vicioso, y con las aguas ocurre lo mismo que con el aire contaminado por los gases cancerígenos emitidos por los automóviles y la industria
química. Estamos en un callejón sin salida.
*Véanse también las manifestaciones en el capítulo «Aumento de las enfermedades como consecuencia de los venenos en el medio
ambiente.
El cóctel venenoso de los ríos se vierte en los mares y los vientos
llevan
el plomo, el DDT y otros venenos también a los océanos.
La marina contamina los mares anualmente con varios millones de
toneladas de residuos de petróleo que se vierten o se escapan de los petroleros
averiados.
La marina militar y la mercante compiten en la contaminación de los
mares. El 18 de agosto de 1970, la marina americana hundió cerca de la
corriente del Golfo, un carguero inservible con un cargamento de 12.500
cohetes con un gas letal. El buceador Piccard comentó: «A 4.850 metros
de profundidad reposa una bomba de tiempo, capaz de contaminar todo
el Atlántico». A1 principio de los años treinta, un fabricante sueco hundió
en el mar Báltico 7.000 toneladas de arsénico. Los contenedores de hormigón llenos de arsénico corren peligro de descomponerse. La cantidad de
veneno bastaría para matar todos los habitantes de la tierra. Desde hace
años, tanto la Gran Bretaña, como Francia y Suiza, vierten las aguas residuales radioactivas en el mar. A esto se han de añadir los residuos de
plutonio que los ingleses hunden anualmente en barriles en el Océano. La industria holandesa y alemana echa anualmente varios centenares de toneladas
de dióxido de sulfuro al mar del Norte.
Según datos de Umschau der Wissenschaft 71, 308 (1971), una cuarta
parte de la producción mundial de DDT llega a los océanos. Pero aparte
del DDT hay otros hidrógenos de carbono cloreados muy peligrosos, que
igualmente llegan a los mares.
Actualmente están contaminadas las aguas de las playas de los países
industriales, con los residuos industriales conteniendo mercurio, así que la
pesca -como en el Japón- ha debido ser limitada. Siendo el pescado el
alimento que ocupa el segundo lugar en importancia, los observadores críticos presagian el final de la pesca menor japonesa. Tanto en USA como
en Europa, ha sido necesario llevar unos controles rigurosos. En USA, un
millón de latas de conservas de pescados han tenido que ser retirados de
los comercios, porque daban un alto nivel de mercurio. Casi la mitad de
la producción de mercurio altamente tóxico llega a los océanos. En la bahía
de Escambia de Pensacola (Florida), en el verano de 1967 perecieron de
cincuenta a setenta y cinco millones de peces.
El Mediterráneo ha llegado a los límites soportables. Más de cien, de
las ciento veinte ciudades en sus costas vierten anualmente sus aguas residuales al mar sin clarificación, así por ejemplo: Barcelona, Marsella,
Nápoles, Alejandría y Argel. Con estas aguas residuales anualmente llegan los
siguientes metales pesados: 100 toneladas de mercurio, 3.800 toneladas de
plomo, 2.400 toneladas de cromo y 2.100 toneladas de cinc. En los cuerpos
de los atunes se encuentra el mismo nivel de mercurio, tanto si son del Atlántico como del Mediterráneo. Según la revista Bild der
Wissenschaft, edición
de julio de 1977, anualmente se vierten en los mares de seis a siete millones
de toneladas de petróleo e hidrocarburos. En los últimos quince años, se
han puesto en funcionamiento más de 15.000 pozos petrolíferos cerca de
las costas. El vertido total de mercurio se calcula en unas 10.000 toneladas
por año. Los expertos temen que se haya llegado a un punto de donde no
se puede volver atrás. Pero la contaminación de los mares puede tener aún
otras consecuencias no previstas. Es posible que la contaminación del plancton tenga a la larga, su efecto sobre la producción de oxígeno en la tierra.
Hasta ahora la naturaleza se encargaba de que hubiese un equilibrio de la
parte del oxígeno en el aire. Pero últimamente, el hombre ataca masivamente y por dos lados el suministro. Por una parte, la industria aumenta el
consumo de oxígeno y por otra parte, esta misma industria daña los organismos generadores de oxígeno.
En la capa superior del agua del mar, la microflora y microfauna (algas,
infusorios, bacterias, etc.), llamado fitoplancton, producen el sesenta por
ciento del oxígeno contenido en la capa de aire. El resto del oxígeno lo
producen los bosques. La tala irrefrenada en todas partes disminuye la producción de oxígeno a partir de los árboles. Los automóviles y aviones, así
como las plantas energéticas son grandes consumidores de oxígeno. Con
el crecimiento crece el consumo. Existe el peligro de que la producción de
oxígeno baje por la contaminación de los mares. El profesor La Mont C. Cole, director del laboratorio
Langmuir, de la Cornell University Ithaca
(USA), como también el Dr. Charles Wurster Jr. (New York University,
Stony Brook) han comprobado que una concentración débil del insecticida
DDT, es suficiente para impedir la fotosíntesis y por consiguiente, el enriquecimiento del mar con oxígeno. Dice el profesor La Mont C. Cole que
considera espeluznante que se viertan aproximadamente medio millón de
diferentes productos químicos al mar, sin que los responsables se hagan cargo
que están contaminando el fitoplancton. Es muy significativa otra afirmación: «Aumentan más rápidamente los compuestos contaminantes que
nosotros los podamos registrar», como dice el Dr. Sidney I. Holt, experto
de la Organización Mundial de Alimentación en la ONU.
Según un informe sobre el programa ecológico de las Naciones Unidas
(UNEP), está comprobado que la contaminación de los mares va en aumento
internacionalmente. Aún no han sido investigadas las consecuencias.
La irrupción de la química en las bases de la vida puede tener
consecuencias insospechadas. Aunque ya se han llegado a los límites soportables,
los políticos, los industriales y los sindicatos todavía sostienen que no se
debe renunciar al crecimiento en la producción. Como predijo Taylor, llegará el día, cuando las contaminaciones aumenten a un ritmo mayor que
las investigaciones (de los biólogos). «Es el destino de la industria que se
autodestruya.»
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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann