Con el permiso de © Kurt Eggenstein: 'El Profeta Lorber anuncia las catástrofes venideras y la autentica cristiandad

Kurt Eggenstein

El hombre es una trinidad de cuerpo, alma y espíritu


   "Tú eres un hombre creado y como tal constas de cuerpo y alma y esta alma está habitada por el espíritu del amor." (Ha II 250, 10).
    "E1 hombre está creado a semejanza de Dios y quien quiera auto-conocerse debe saber y reconocer que como hombre consta de tres personalidades. Primeramente, el hombre tiene un cuerpo material provisto de todos los sentidos y partes y miembros necesarios para una vida libre e independiente. Este cuerpo cobija una vida natural muy especial para la formación del alma, muy diferente de la vida espiritual de ésta. El cuerpo vive de alimento material, del cual se forman la sangre y los demás líquidos nutritivos necesarios." (Gr VIII 24, 6).
    "Mirando el alma por si sola, encontramos que ella en si también es un hombre completo que como sustancia-espiritual consta de las mismas partes que el cuerpo, pero de un modo más elevado y también se sirve de éste con sus partes, como el cuerpo humano se sirve de sus partes materiales. Aunque tanto el cuerpo material y el cuerpo-alma representan cada uno por si un hombre, o dos personas completamente diferentes, de las cuales cada una tiene sus tareas particulares, y del cumplimiento de las cuales al final habrán que rendir cuentas, en el fondo solamente forman un hombre en su razón de ser, así que nadie podrá decir de si mismo, ni de otro que no es un hombre único, sino una dualidad de personas. El cuerpo material ha de servir al alma, ésta por su parte debe servir con su mente y su voluntad al cuerpo material, por lo tanto es responsable de los actos con los que se sirve al cuerpo, e igualmente es responsable de sus propios deseos, anhelos y aspiraciones.
    Si consideramos aún más detenidamente la vida y la existencia del alma, nos damos cuenta que ella como ser corporal sustancial no se encontraría en un eslabón superior al que se encuentra en el alma de un simio. Tendría una inteligencia más desarrollada que el animal, pero no se puede hablar de que tuviera ya una comprensión de valores elevados ni un concepto de auto-valoración de su condición. Para este poder más elevado dentro del alma, debe vivir una tercera entidad esencialmente espiritual, al igual que Dios." (Gr VIII 24, 91-2). "El alma representa un recipiente para la vida auténtica que emana de Dios, pero el alma en sí no es la vida." (Gr III 42, 5).
    "Lo que se puede llamar el espíritu de Dios, es la chispa divina dentro del núcleo del alma, y ésta es la auténtica vida. Esta chispa debe ser alimentada con alimento espiritual a través de la palabra pura de Dios. Por medio de este alimento la chispa crece y aumenta para llenar el alma dentro de la forma humana; la compenetra y transforma para convertirse en alma. Entonces ésta ya convertida en vida puede auto-conocerse y auto-comprenderse en toda su profundidad." (Gr III 42, 6). "Te puedo decir: el espíritu crea y ordena toda la vida humana, pero el alma es únicamente un vehículo (del espíritu), al igual que el cuerpo es sólo la envoltura del alma." (Gr V 211, 4).
    "Cada persona que nace en esta tierra recibe el espíritu de Mí y puede llegar a ser un hijo perfecto de Dios según el orden establecido." (EM, capítulo 53). "Lo espiritual es lo más semejante a Dios dentro del ser humano, por tanto, el hombre puede ser razonable y comprensivo, llegar a tener un lenguaje e imaginarse que deba existir un Creador y Dios, al cual más adelante pueda reconocer y amar; y una vez reconocida la Voluntad pura y divina puede someterse a ella." (Gr VI, 32, 6). Cuando el alma ha alcanzado su madurez y cumplido su educación, el espíritu puede llenarla con toda su esencia, y de este modo el hombre se perfecciona, resultando un nuevo ser, aunque en el fondo sigue siendo un ser salido de Dios, ya que el espíritu dentro del hombre no es otra cosa que una partícula de Dios, emanada desde el fondo del corazón del Altísimo." (Gr I 214, 10).
    "El espíritu de Dios dentro del hombre, desde el principio es como una semejanza de Dios, pero para que alcance la actuante y viva semejanza del mismo, debe elevarse el alma por el Camino que Yo os enseño." (Gr III 48, 7). "Sólo el espíritu que habita dentro del hombre puede conocer la verdadera esencia del ser humano; ningún sabio es capaz de saber qué es Dios y qué hay dentro del hombre, solamente lo sabe el espíritu que trasciende las profundidades de la Divinidad." (Gr IX 58, 6).
    "La chispa divina es puesta en el niño ya en el seno materno, en algunos más pronto y en otros más tarde." (EM, capítulo 51).
    En la Epístola a los Tesalonicenses 5, 23, san Pablo habla de espíritu, alma y cuerpo del hombre. Para los místicos de la Edad Medía como Eckehart, Juan de la Cruz, santa Teresa de Ávila, etc., la diferencia entre espíritu (spiritus) y alma (ánima) era evidente. Eckehart se refiere muchas veces a la chispa divina dentro del hombre. Hablar sólo de cuerpo y alma se hizo común en la Iglesia Católica, a partir de Pío IX en el año 1857, cuando él se pronunció en una carta al cardenal de Bratislawa, en contra de la diferenciación de alma y espíritu. Pero esta declaración no tiene carácter dogmático.


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© Texto: Kurt Eggenstein; © Edición informática; © by Gerd Gutemann G. Gutemann